La identidad corporativa se compone principalmente por dos
aspectos, uno es la representación gráfica de la marca en el exterior y la otra
es lo que hace única a la organización, su “personalidad” y “carácter”, la identidad de la organización la hace mucho
más importante que una simple representación icónica de su imagen porque nos
muestra la interdisciplinariedad de la misma.
Debemos tener presente que la
identidad está en un constante cambio, pero no se aleja de la esencia de su
fundador ni de su propósito primigenio; otros factores muy influyentes en la
identidad corporativa son: la cultura corporativa que se compone principalmente
de valores y creencias que influyen en la organización y la filosofía
corporativa que es la que guía a la organización a sus objetivos.
La identidad corporativa es transmitida al público haciendo
que estos conozcan la esencia de la organización a través de las relaciones que
se dan a nivel interno (entre sus empleados
y entre sus sistemas institucionales) y
externo (a nivel institucional y en la manera como llegan a sus consumidores)
donde se plasma por medio de todo lo que se hace en la empresa lo que realmente
es esta. En conclusión toda acción comunicativa que haga la organización es una
directa o indirecta transmisión de valores y creencias de la identidad
corporativa donde no sólo se vende un producto sino que se muestra la
organización en su totalidad.
Algunos ejemplos de identidad corporativa a nivel gráfico son:
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